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Correr

junio 19, 2014

Déjenme explicar: No soy una corredora. Puedo correr, pero no es bonito y no se ve bien (vean la foto más abajo de una caminata de 5k). Sin embargo, correr es la analogía perfecta para hablar de un lenguaje extranjero. En mi carrera, las primeras pocas millas no fueron tan malas. Pero la dificultad aumentó hasta que eventualmente sentí que inhalaba fuego y estaba empujando mis piernas a través de dagas. Me tomó cada gramo de autodisciplina (o locura) que tenía para poder seguir avanzando y terminé, pero estaba desgastada. Muy parecido a un auto que avanza sin gasolina, mis piernas seguían contrayéndose provocando que mis rodillas se doblaran a medida que tropezaba en mi camino al auto. Estaba deshidratada, desorientada y mareada. Esperaba todo esto ya que no había entrenado para correr esta carrera. Antes era una remadora D1 por lo que ya tenía algo de resistencia física, pero había estado fuera de entrenamiento por un tiempo debido a una lesión, pero más que nada tenía fuerza de voluntad que me ayudaría a terminar.

Ahora, hablar español todos los días se siente como esta carrera. He estado aquí por dos semanas y he estado trabajando por 4 días. Parto todos los días fresca y energizada (principalmente), pero todos los días sé las millas que representan tratar de tomar el auto adecuado al trabajo, leer los reportes técnicos de las políticas de comercio de WTO, escuchar las reuniones, entender a la señora del lugar donde me estoy quedando que habla rápido, y solo vivir el día a día como se estira ante mí como ese largo camino en mi carrera de 10 millas. Sin embargo, también sé que con cada milla terminada me fortalezco. Me puedo sentir débil en un momento pero a medida que los días y semanas pasan, el español se vuelve más fácil, tal como el correr.Y, tal como mi carrera de 10 millas, que fue a lo largo de preciosas vistas costeras en Rhode Island, el paisaje para mis carreras diarias es precioso. Cada día encuentro gente, lugares y experiencias maravillosas. Déjenme terminar con una historia de dos eventos que muestran los desafíos y bellezas de estar aquí. El otro día estaba cansada de un día largo, una caminata larga en tacos, y me estaba yendo de una reunión temprano para ir a casa. Tenía un par de minutos para matar, ya que no había nadie ahí. Me detuve a comprar una botella de agua en un pequeño restaurant en el camino y pensé en sentarme en el parque y beberla. Entré al local y el lugar estaba un poco caótico. Había mucha gente, no había electricidad, y los empleados estaban corriendo para tratar de hacer funcionar el generador. Alguien me gritó algo rápidamente desde el otro lado de la ruidosa habitación que no entendí. Le pedí que me lo repitiera, pero ella decidió que yo no hablaba español y me prometió encontrar a un empleado que hablara inglés. En español, insistí que estaba bien que solo quería agua. Ella no estaba convencida y encontró a un hombre para ayudarme. Le dije que quería agua, y él sólo me seguía preguntando “Alaska?”. Lo que yo no sabía, es que aquí “Alaska” es una marca de agua, probablemente pueden ver como esto se volvió confuso rápidamente.

Tomé mi botella de agua y salí de ahí. Estaba cansada y un poco desmotivada por mi problema con el español en el local. Afuera estaba húmedo y por esto decidí ir a la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña en vez de sentarme en el parque. Tenía en mente ir y ver que era y salir pero los empleados de la biblioteca tenían algo más en mente. Me ofrecieron un tour y una mujer muy amable y sabia salió, se presentó y me dio el tour. La biblioteca estaba fresca y silenciosa y ella hablaba lento y claro sobre la historia del edificio así como también de los planes para el futuro. Me presentó al director de la biblioteca, quien había visitado Rhode Island y tuvimos una gran conversación sobre RI, autores, desarrollo económico, cultura, comida, etc. Pude hablar con ellos en español sin problemas e incluso me motivaron diciéndome que mi acento era bueno y que hablaba muy bien. Fue como una maravillosa y fresca cuesta abajo al final de mi carrera de español del día. Intercambié información y me invitaron a volver cualquier día a saludar y compartir un café. Me fui con una sonrisa, una lista de buenos establecimientos locales y sitios culturales para visitar y un lugar tranquilo que se puedo volver y disfrutar para trabajar o tener una buena conversación.

He aprendido una cosa aquí, y es que las cosas pequeñas son las que cuentan. Fue una pequeña cosa lo que me desmotivó ese día, y otra pequeña cosa lo que me motivó y me hizo un buen día.

Estoy disfrutando de esta carrera. Me estoy quedando con una familia maravillosa en un lugar precioso. Estoy absorbiendo los vívidos sonidos y vistas, apreciando los desafíos y tomando ventajas de las cuestas abajo.

Estén sintonizados y tal vez la próxima vez les cuento sobre mi cumpleaños en RD, gatitos y la fruta que se puede oler a una milla de distancia.

Para los bromistas, este es un haiku:

Fruta caribeña

Prueben los colores brillantes

Mi boca no puede olvidar

Aquí tengo la sensación de correr todo el tiempo. Hoy fui corriendo al trabajo luego de tomar el taxi compartido equivocado. Otras veces son unas pocas millas en el parque, pero lo que quiero hablar es metafórico.

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